lunes, 25 de febrero de 2013

Saga Vampire Journals, Libro I: Memorias de un vampiro, de Morgan Rice

Título original: Turned
Autora: Morgan Rice
Serie: 1º- Vampire Journals - Rice
Editorial: Grupo Planeta, Destino
Fecha de publicación: 24 Enero 2012
Género: Paranormal Juvenil
ISBN: 978-84-08-11072-9
EAN: 9788408110729
Páginas: 352
Tipo de edición: Rústica

Sinopsis:
Caitlin Paine acaba de mudarse a uno de los peores barrios de Nueva York, donde se ve obligada a asistir a un instituto que detesta. Lo único positivo que le ocurre es conocer a Jonah, con quien entabla amistad en seguida. Pero justo entonces, Caitlin empieza a sentir una serie de impulsos fuerza sobrehumana, intolerancia a la luz del sol, necesidad animal de alimentarse que la llevan al lugar menos adecuado en el peor momento y de repente se ve inmersa en una guerra entre clanes vampíricos. ¿Es ella uno de ellos? ¿Cómo podrá sobrevivir en ese submundo? ¿Cuál es su verdadero origen?


Opinión:

La portada de este libro no me atraía mucho, pero su sinopsis me llamó la atención. Además, no era un librito delgado y eso "normalmente" significa libro autoconclusivo e interesante. Pues no. No sé que me imginaba que iba a ser el libro pero esto seguro que no.

Os diré que la sinopsis es totalmente falsa: el instituto solo sale hasta la página 50/320, y Jonah a partir de la página 65 no vuelve a aparecer más que de refilón.

La trama se centra en torno a Caitlin, la cual, de la noche a la mañana descubre que tiene "misteriosos poderes" como correr muy rápido y fuerza sobrehumana. Aquí es cuando empieza a sospechar que ella, muy normal, no es. Entonces decide hacer experimentos y se carga a cuatro matones de discoteca. Aquí ya en su mente empiezan a surgir piezas que no encajan. Finalmente se da cuenta de que le dan ataques de hambre, hambre de sangre. Llegados a este punto el lector se pregunta qué habrá fumado la protagonista y creo que la protagonista piensa lo mismo, porque se ve que nunca ha oído hablar de Drácula, ni de vampiros, ni de tonterías de esas. ¡Qué va a pensar que se está transformando en vampiro! ¡Lo único que le pasa es que debe necesitar una transfusión! ¡Y también le pasa que tendría que montar un puesto ambulante de adrenalina, porque le sobra tanta como para revivir a un muerto!

Y está nuestra Caitlin confundida, decidiendo si ir al hospital de urgencias o pedir cita, cuando viene su madre transformada en huracán, que destruye todo mueble que encuentra y lanzándole cualquier objeto punzante y le suelta que ella es adoptada.

Pero nada, Caitlin corazón de piedra o lenta de entendederas la ignora y se va a su cita con el guapo Jonah, el único que le dirige la palabra y no me extraña en el instituto. Y es en medio de la función, como no, cuando a Caitlin le pega un ataque de "COOOOOMIIIIIDAAAAAA". Y se zampa lo primero que encuentra:  el famoso e insoportable, y pijo, y fanfarrón e insoportable cantante principal, ese al que sólo le interesa su muerte a las moscas de la prensa.

Y claro, cuando los vampiros se enteran de que han asesinado a alguien sin su consentimiento (¿¡!?) se lanzan al ataque, asesinando a todo aquel que se les pase por delante, haciendo que la masacre de Hiroschima fuera una tontería de niños en comparación.

Caitlin, que había estado haciendo la digestión, durmiendo plácidamente en un cubo de basura, decide que dormirá mejor en su casa y al llegar allí descubre que su madre ha muerto. Aún así, a pesar de que la sangre le esté manchando su vestido favorito, Caitlin corazón de piedra o lenta de entendederas no le da importancia, y mientras ella reacciona, tres hombres de negro, le limpian el apartamento de polícias y lo redecoran por segunda vez pintando las paredes con sangre, le dan un toque "modernista" al mobiliario, la secuestran y la llevan a un juicio de vampiros por haber asesinado a alguien ilegalmente.

Caitlin, milagrosamente, regresa de la inopia y tiene que enfrentarse a su nueva situación: hay hombres volando, cuatro de tres palabras que se mencionan es vampiro o derivados y la estan amenazando con agua bendita. Al fin, a Caitlin se le enciende una luz: "¿seré un vampiro?" y hace lo más inteligente que ha hecho en de su vida: escapar.

En su camino hacia la luz, mientras una horda enfurecida de vampiros centenarios hambrientos de sangre la persiguen, Caitlin empieza una dura batalla mental sobre lo bueno que está el guardia que la apunta con una lanza. Éste, misteriosamente, le abre las puertas de salida y escapan juntos. Y vivieron felices y comieron perdices.
Noooo...esto último no, para eso aún falta. Resulta que el adonis/vampiro es Caleb, y éste, muy amablemente, aunque Caitlin esté más interesada en qué talla de calzoncillos lleva que en su historia, le cuenta que ella posee un mapa del tesoro para localizar La espada sagrada, una espada capaz de parar la guerra que se va a empezar para buscarla. Y aquí, contando pasos y descifrando dibujitos comienza la aventura de... ¡Caitlin Jones!

Dejándo un poco a un lado el humor, he de comentar que el libro me ha decepcionado. En ocasiones, la historia era emocionante, entretenida, salvaje, pero en otras era contradictoria y llena de sin sentido. ¿Porqué le están diciendo a Caitlin que es un vampiro (información que le deben repetir cada cinco segundos para que reaccione) y mientras ella, se entretiene mirando cuán perfecto es Caleb? Y eso porque aparece Caleb, porque cuando no está, en lugar de prestar atención, "recuerda" a su querido Jonah al que le dedica un pensamiento cada tres semanas. ¿Pero qué le ha pasado a Jonah? ¿Por qué desaparece a mitad, no, a principio de novela y no se vuelve a saber de él? Yo creo que Samantha, una vampiro/diablillo de la guarda de relevancia en la novela, es Jonah disfrazado, porque no entiendo como ella aparece a mitad del libro así, con todo el morro, cuando yo ya me había estructurado toda la historia.

Un personaje al que no he nombrado en mi resumen ampliado de la novela es Sam (Samantha, Sam...menos mal que no hacen abreviaturas), el hermano pequeño/adolescente de Caitlin, que busca desesperadamente a su padre. Decir que no es un chico que aparente quince años. O sí. No sé, no aparece lo suficiente como para conocerlo realmente. Bueno, sí que aparece bastante, sino, no lo nombraría, pero se pasa la mayor parte del tiempo en la parra. Se ve que de tal palo tal astilla.

Una última cosa a mencionar es que me ha hecho mucha gracia lo que se modernizan las novelas. En esta se habla de facebook, twitter, el alcohol,...con total libertad, como si fuera lo más natural del mundo. ¿Periódicos? Búscalos en un museo. ¿Agua? ¿A caso me ves con cara de pez? ¡Ven y tómate una cerveza! ¿Bibliotecas? ¿Realmente existieron alguna vez? No es algo negativo, es más, me parece interesante ver como evoluciona la literatura.

En cuanto al final, decir que soprendente ha sido, y mucho. Por dos razones. Una de las cuales no voy a nombrar. Pero la otra sí: resulta que este libro tiene continuación.
Yo ya me lo veía venir. Faltaban 30 páginas y los protagonistas aún estaban contando pasos, mientras los demás vampiros extinguían a la humanidad. Y yo decía "cómo no haya un milagro..." Pero claro, los milagros no existen, y el libro termina con un largo y pesado "continuará".
Que yo me dije "A ver si está publicado el siguiente libro..." ¿El siguiente libro? ¡Anda ya! ¡A ver si están publicados los siguientes 7 libros! Es que lo vi y no me lo creí. Si lo llego a saber...

En fin, espero que esta reseña más humorística (pero no por ello menos falsa) os haya gustado :D

PUNTUACIÓN...2'5/5!

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney